lunes, 19 de septiembre de 2011

ACCESORIOS NUPCIALES

Los accesorios nupciales forman parte de la historia

El velo
El uso del velo data de finales del siglo XVIII. Las teorías se entremezclan con las costumbres hasta llegar a nuestros días. Hay numerosas explicaciones acerca del origen del velo de la novia, pero ninguna totalmente satisfactoria. No falta, desde luego, la de la novia raptada y cubierta para que no pudiera reconocer el camino.
Velo viene de la palabra velar o proteger a la mujer. Otros investigadores apoyan las teorías de la fidelidad y el aislamiento.
Pero lo que si sabemos de cierto es que desde finales del siglo XVIII comenzó a ser utilizado por la novia como símbolo de pureza, y actualmente es un complemento nupcial que sigue vigente.
Han cambiado los materiales y las formas hasta lograr convertirse en un elemento elegante y favorecedor.
Cortos hasta la cintura o las caderas, o largos hasta el tobillo o el suelo, cubren la cara de la novia y se echan hacia atrás después de la ceremonia.

Los anillos
El anillo de bodas define la acción de aliarse y ¿no os parece que un matrimonio es una de las más estrechas alianzas a las que pueden llegar dos seres humanos? De ahí viene el nombre que designa el anillo de boda.
Parece ser que su uso, como símbolo de matrimonio, se remonta a la III dinastía del Antiguo Imperio en Egipto, dos mil años antes de Cristo.
También es muy curioso que algo que pusieron de moda los Faraones es válido también en nuestros días y se ha convertido en una costumbre adoptada por la mayoría de las culturas y religiones.
Su forma circular indica la eternidad, sin principio ni fin, y el oro, metal indestructible, quiere simbolizar el amor sólido e inamovible.
Fue el Papa Nicolás I, durante la Edad Media, quién impuso el anillo en el dedo de las prometidas, como especie de precontrato que aseguraba la boda.
Colocarlo en el dedo anular de la mano derecha viene de la creencia de los médicos griegos, quiénes decían que existía una vena propia del amor.
Sea cual sea el motivo, seguro que estaréis conmigo en que son maravillosas las formas y la riqueza de materiales, y su brillo atrae a cualquier mujer y... también al hombre.
El ramo
En los años ochenta, y para sustituir el librillo de oración como elemento esencial de clase, las flores pasan a las manos de la novia.
En la Provenza, la tradición manda confeccionar el bouquet con flores de campo secas. En los países de lengua germana, las flores de la novia son de mirto, que los griegos consideraban sagradas, como la flor del amor de la diosa Afrodita.
En 1854, la boda de la legendaria Sissi con Francisco José de Austria estableció el uso de la guirnalda de rosas, la flor del amor. Esta flor que es todavía muy apreciada y que sabiamente combinada aporta un toque muy personal al ramo de novia.
Supersticiones
A lo largo de los siglos se han ido acumulando innumerables supersticiones en torno a la boda. Muchas de ellas surgieron de forma fortuita, pero llegaron a consolidarse y convertirse en costumbres que aún perduran. Otras forman parte de antiguos ritos de distintas religiones que, superponiéndose, se unificaron en nuestras tradiciones.
La primera boda reconocida como sacramento fue la de Caná, y ello se debe a que entre los invitados había uno de lujo: Jesús.
Desde entonces se han ido creando ritos que, en caso de no cumplirse, se supone pueden traer desgracia a los contrayentes, y en especial a la novia.
Partiendo de la confección del traje, hasta la elección de los complementos y pasando por la celebración, todo está dirigido a asegurar y compartir la felicidad de la pareja.
Seguro que todas recordaréis cuanto se escribió y se habló acerca de cómo repercutiría en la suerte de nuestros Príncipes la lluvia torrencial que cayó en Madrid el día de la boda de Dña. Letizia y S.A.R. el Príncipe Felipe.
Supongo que también conoceréis el famoso dicho de: "El martes ni te cases ni te embarques" y menos si es día trece.
La novia además, debe llevar algo viejo, nuevo y de color azul, además de la clásica liga.
El novio no deberá ver ni saber nada acerca del modelo del traje elegido por la novia.
A la salida del juzgado o del templo se les arrojará arroz, para desearles suerte y fecundidad.
Hay otras supersticiones menos conocidas porque han caído en desuso, tales como:
- Si no quiere ser desdichada, la novia no deberá probarse el vestido el día anterior y nunca deberá hacerlo a la luz de las velas.
- El novio deberá llevar un pañuelo que habrá sido planchado por él mismo, no cometiendo el error de dárselo a planchar a su madre.
- El novio también deberá cuidar que, al colocar el anillo a la novia, éste llegue hasta el final del dedo.
Estas y otras muchas supersticiones forman parte del consejo popular y, por supuesto, depende de cada uno el prestarles atención o ignorarlas, pero de lo que no nos cabe duda alguna es de que todas ellas forman parte de nuestra historia y algunas todavía de nuestro presente.
Curiosidades
Durante siglos, las perlas han sufrido una gran injusticia, siendo condenadas por la sabiduría popular al olvido, especialmente en las bodas.
Se creía que las perlas anunciaban lágrimas, a excepción de que la novia hubiera nacido en junio. En ese caso, parece ser que se escapaba del maleficio, ya que es el amuleto de su mes de nacimiento.
Sin embargo fueron utilizadas como un medio para la llegada de los hijos. Tanto es así, que antiguamente era una práctica muy usual colocar una perla debajo de la almohada, en la creencia de que ello contribuía a que la mujer quedara embarazada.
Actualmente han sido rescatadas por la moda y la alta joyería con toda una renovada belleza. Los diseñadores llevan muchos años insistiendo en la utilización de las perlas en sus creaciones, pese a leyendas y dichos populares.
Por el contrario, los diamantes han sido una de las piedras preciosas más valoradas y a la que se la atribuyen propiedades mágicas, entre las cuales destacan su poder contra los venenos, las enfermedades y todas las fuerzas del mal. Pacifican el espíritu a la vez que favorecen los partos.
A lo largo del tiempo, el diamante se ha distinguido también como uno de los regalos de pedida más demandado, quizás porque obsequiar con un diamante el novio o la familia a la novia es una clara muestra social de buena disponibilidad económica.
Las modernas técnicas de tallado y pulido han conseguido extraer toda la belleza de la piedra, de tal forma que cada una de sus facetas irradie luz blanca, y así, el filtro amoroso del conocido eslogan "un diamante es para siempre" continúa ejerciendo su magia en nuestros días.

EL FAMOSO LIBRO DE FIRMAS

El libro de firmas: un detalle para el recuerdo

Una de las últimas novedades en el protocolo nupcial son los llamados "libros de firmas".

Al final de la ceremonia, tanto religiosa como civil, se firma el acta del expediente matrimonial aportado por el registro civil. Este acta necesita de la firma de dos testigos, aunque normalmente se permite que la firmen muchas más personas, tantas como los novios deseen.
La inclusión de la firma de múltiples testigos, es un elemento protocolario, que responde al deseo de los novios, de dignificar a algunos de sus invitados por encima de los demás. Este detalle, es correcto e incluso necesario en caso de bodas regias o de personas de estado, pero insuficiente, ya que probablemente en la elección dejáis a muchos de vuestros invitados más queridos fuera de esta selección.
Por todo ello, se ha ido abriendo hueco en las celebraciones nupciales el llamado libro de firmas, que es, como su propio nombre indica, un libro con hojas en blanco donde todos y cada uno de los asistentes al acto pueden dejar constancia de su presencia, además de añadir comentarios y buenos deseos para los esposos. Este elemento suele tener la portada y contraportada decorada con tela, corcho o incluso motivos vegetales incrustados. También se hacen por encargo con el nombre de los contrayentes y la fecha del enlace.
El momento ideal para que los invitados puedan acceder a él para firmar es el cóctel o el banquete. Son momentos largos y relajados, donde se puede buscar la inspiración necesaria para poder incluir una frase cariñosa o divertida que les quede a los novios como recuerdo.
Particularmente me decanto por el cóctel, porque la movilidad de los asistentes permite que todos tengan oportunidad de ver el libro y acercarse al mismo cuando y siempre que lo deseen. Durante el banquete, el libro puede circular por las mesas, pero esa fórmula es menos espontánea y natural. En ocasiones nos vemos obligados a ser ingeniosos en el momento en el que nos llegue el libro, y eso no siempre es controlable. Además tenemos que hacerlo delante del resto de la mesa, lo que tampoco es muy íntimo.
Posteriormente el libro de firmas se puede enriquecer añadiendo el programa musical que se ha interpretado en la ceremonia, la minuta del menú del banquete y otros pequeños elementos que recojan todos los detalles de un día tan especial.
Este pequeño detalle, os hará recordar gratamente a todos vuestros invitados más allegados. Su coste no es muy alto y su valor sentimental será, seguro, muy especial. Un último consejo: dejad siempre al lado del libro un bolígrafo, ya que los invitados no suelen tener a mano ninguno cuando van de fiesta.

jueves, 15 de septiembre de 2011

TODO EL PROTOCOLO DE UNA BODA COMPLETA Y LO QUE CONLLEVA

VAMOS A EMPEZAR POCO A POCO Y POR PARTES PARA QUE PODAMOS DISFRUTAR JUNTOS DE ESTE GRAN MUNDO TAN LLENO DE DETALLES Y SOPRESAS.

INVITACIONES DE BODA

Invitar con clase, y clases de invitación

Es conveniente que la tarjeta de invitación sea elegida con sumo cuidado por los futuros esposos, pues refleja vuestro gusto y personalidad, a la vez que transmite el estilo, más o menos formal de vuestra boda.

Además del diseño, es también importante cuidar el contenido. Que el texto sea sencillo y claro, que esté perfectamente destacada la fecha y hora de la celebración de la ceremonia, así como la del banquete y la dirección exacta de donde se celebrará este. En el caso de que el lugar esté distante y hayáis optado por poner a disposición de vuestros invitados un autocar, hacerlo constar. Para aquellos que vayan con coche propio, es conveniente acompañar la tarjeta con un pequeño plano indicativo para facilitar la llegada. No olvidar nunca incluir la confirmación de asistencia y, mi sugerencia, es que incluso marquéis una fecha límite, ya que así tendréis una mayor facilidad en la confirmación de menús.
Deberéis enviarlas con dos meses de antelación a la fecha de vuestra boda y siempre hacerlo en un sobre personalizado, escrito a mano con letra muy clara y cuidada, conservando, en la medida de lo posible, el mismo estilo que la letra impresa del interior de la tarjeta.
En el caso de amigos y familiares cercanos a los que veis con cierta frecuencia, es un detalle personal y de buen gusto que la entrega la hagáis personalmente.
Hay que tener en cuenta el rango o posición que ocupa la persona a quién se dirige el sobre. Esto es muy importante cuando entre los invitados hay militares, diplomáticos y otros.
El tratamiento más respetuoso es el de Señor Don o Señora Doña, independientemente de la profesión y posición dentro del grupo social.
Cuando vayáis a elegir las invitaciones, es conveniente que también elijáis la tarjeta de agradecimiento que posteriormente, una vez celebrada la boda, deberéis enviar a vuestros invitados. Un signo indiscutible de buen gusto.

TODOS ESTOS CONSEJOS Y TRUCOS PROTOCOLARIOS NOS SIRVEN A TODOS: TANTO LOS QUE ESTÉIS ORGANIZANDO VUESTRA BODA, COMO SI SÓIS INVITADOS, O TENÉIS FAMILIARES QUE VAN A CASARSE O AMIGOS. SERÁ DE SU AGRADO QUE LES AYUDÉIS A AGILIZAR TODO Y TENER UN ORDEN.

OS PASO MAS IDEAS

QUE DISFRUTÉIS MUCHO

UN SALUDO

VESTIRSE PARA UNA BODA

Nuestra imagen es nuestra primera tarjeta de visita y si queremos ser elegantes, también en la boda, debemos conocer a fondo nuestras características personales y físicas, haciendo un uso inteligente de ellas.

Lejos de tópicos, no podemos olvidar que es de suma importancia someterse a los usos de la etiqueta establecida en función del acto para el que tengamos que vestirnos. Aunque nadie nos dirá que nuestra forma de vestir no es la adecuada, nos sentiremos más seguros si seguimos determinados parámetros que van de la mano del buen gusto y la elegancia.

- Seguir la moda, no es ser su esclavo. Demuestra inteligencia y conocimiento, aquel que haciendo un "guiño" a la moda, adapta el color y el diseño de mayor vanguardia a su estética personal.
- La sencillez y la discreción son la mejor apuesta de elegancia. Hay prendas muy vistosas y audaces que no siempre son aconsejables.
- Nuestro cuerpo es la "percha", por ello no debemos nunca olvidar que las prendas deben elegirse teniendo presente nuestra fisonomía. En este sentido me permito recordaros que los colores oscuros adelgazan; que las rayas verticales, los colores neutros y los trajes de una sola pieza (vestidos) alargan la silueta. Por el contrario, las rayas horizontales y las telas gruesas engordan, los estampados y colores muy vivos o llamativos, junto a los trajes de dos piezas (falda y blusa), acortan la silueta.
Etiqueta
En ocasiones muy especiales los anfitriones comunicarán a sus invitados el tipo de indumentaria más correcta para asistir a la ceremonia. Pero como no suele ser lo más habitual, marcamos unas pautas generales.
Para el hombre
- El chaqué es la prenda de etiqueta que se utiliza durante el día (por la mañana y hasta el atardecer). La mayor innovación la encontraremos en el chaleco y los complementos. Prendas que a través del tejido y los tonos aportarán color y vanguardia.
- El smoquin es el comodín de la etiqueta y nos rescata de muchas situaciones ambiguas. Su utilización está recomendada para tarde-noche.
- El frac es una prenda reservada para ocasiones de gran solemnidad y máxima etiqueta. Su uso es nocturno, y sólo como excepción se admite durante el día, en actos de especial relevancia.



Para la mujer
- El vestido de cóctel, es corto hasta la rodilla o un poco por debajo. Se puede acompañar con joyería y bisutería de audaces diseños, pero evitando la sobrecarga. El bolso recomendado es el de mano. Es mejor vestir con medias, aún siendo verano.
- El vestido corto deberá ser hasta la rodilla o ligeramente por encima, sin llegar a una minifalda. Los diseños y tejidos vendrán marcados por la moda y los complementos, en este caso, desempeñan un papel fundamental.
- El vestido largo o traje de noche deberá cubrir las piernas en su totalidad y es la prenda de más etiqueta del vestuario femenino. Se caracteriza por su elegancia y por la utilización de telas de gran calidad: rasos, sedas, terciopelos e, incluso incrustaciones de pedrería, lentejuelas, etc... El bolso siempre de mano y pequeño. Este es un atuendo que admite mayores libertades.